
Dos de las características principales del español son el orgullo y el sentido del honor, rasgos que inevitablemente tendrán una influencia en el proceso negociador. Así, pese a que los empresarios españoles suelen crear un clima amigable y distendido en el transcurso de la negociación hay que tener especial cuidado con tomarse excesiva confianza. Por ejemplo, el empresario español suele ser reacio a dar mucha información sobre su compañía, por lo que se debe evitar esta clase de preguntas.



