
La calidad del producto chino es variable. Esto puede deberse a la irregularidad de su tejido empresarial, bastante polarizado por otra parte, en el que se diferencian dos tipos fundamentales de empresa: las de carácter privado, generalmente familiares; y las de carácter público, empresas gubernamentales. El rápido crecimiento de su economía puede resultar un factor de estrés cuyas consecuencias repercuten, entre otras cosas, en los sistemas de control.



