
La competitividad está relacionada con el éxito de las empresas en el mercado en relación con los principales competidores. La rentabilidad es mayor que la de las empresas de la competencia, lo cual se basa en la búsqueda constante de las ventajas competitivas en el mercado.
Por tanto, para mejorar la competitividad es imprescindible buscar el posicionamiento de la organización (y de su producto ), con estrategias que se dirijan a la diferenciación, la orientación al cliente y la calidad (y excelencia), entre otras. Estas estrategias pueden tener diferente rango y jerarquía, en función de la situación de partida y son, en todo caso, complementarias, nunca excluyentes.