La dirección empresarial por tareas


Por: X. Peralta Maniviesa

De las tareas a los valores (pasando por los objetivos)

La gestión por instrucciones o tareas toma sentido en un tipo de organización y en un contexto determinados. En pleno auge de la Revolución Industrial éste parecía el método más adecuado, en un sistema productivo con mano de obra poco cualificada. Sin embargo, la sociedad y las organizaciones han sufrido un profundo cambio.

Primero fue la dirección por objetivos, centrada en un trabajo en equipo que pone al profesional en una situación de protagonista para alcanzar los objetivos (estratégicos y de área), siendo evaluado en base a esto. Posteriormente, llegó la dirección por valores, que centra su atención en cómo deben alcanzarse los objetivos: respetando la cultura de la organización.

Situaciones ventajosas

La dirección por tareas parece que ha pasado a mejor vida… ¿es esto así? Parece que, en un principio, es un tipo de gestión anclado en el pasado (las necesidades de la sociedad, del mercado, de los clientes y, en general, de los  stakeholders han cambiado).

Sin embargo, pueden encontrarse situaciones dentro de la organización y del entorno que faciliten este tipo de dirección.

  • Cultura empresarial. Los valores dominantes son la eficacia, la fidelidad y la disciplina. No es aplicable si se busca la confianza, la creatividad o la participación.
  • Organización. La estructura es altamente jerarquizada y piramidal, con muchos niveles de mando.
  • Producción de productos y bienes. Su ámbito de aplicación es básicamente el de organizaciones centradas en la producción pero que no pretenden la optimización o la mejora constante de procesos. Los productos, además, son estándares, poco diversificados y nada segmentados.
  • Liderazgo gerencial. Al frente de la organización se encuentra un tipo de líder tradicional (un jefe o un gerente), que está lejos de un liderazgo orientado a personas y al cambio.
  • Cualificación baja. Presumiblemente, es aplicable únicamente si se trata de dirección de operarios de baja cualificación. En otro tipo de profesionales, puede ser altamente desmotivante.
  • Tipo de consumidor y entorno. El consumidor, muy difícil de encontrar hoy en día: no es exigente ni se rige por valores que vayan más allá de la simple compra. El entorno en el que se encuentra, poco cambiante y muy estable.
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